Aquel día 27, de regreso a casa, creía en una esperanza, basada en las ideas de los zopilotes.
Llegando a casa, leí algo. ahí encontré la respuesta, lo que marcaría mi definitiva retirada, una retirada sabia que más tarde aprendería a agradecer.
Ella estaba harta de mi, harta de que la siguiera, harta de que la quisiera y si yo me atrevía a decirle, las consecuencias serían negativas, mucho. No lo pensé mucho, sólo dije Hasta Aquí. En la tarde me deprimí y lamenté sentirme engañado por falsas señales y consejos.
Al día siguiente anuncie a los zopilotes mi retirada, quienes lo asumieron con cierta naturalidad. Decidí continuar, no cambié mi relación de amistad con ella. No culpe ni me desquité con nadie. La culpa era únicamente mía. La estrategia había fallado.
Mis días siguieron normales, hasta el sábado 29 de octubre. Hablé con un hombre, un hombre a quien consideraba mi amigo y que estaba en contra de los zopilotes. Lo llamamos por sus apellidos: Marín Curiel. Marin Curiel me preguntó que qué pasaría con Marlen, le expliqué a detalle omitiendo el porque de mi cambio de parecer. El dijo que era buena idea y aprovechó para confesar.
El me dijo que, a el le gustaba también Marlen, pero que no pensaba intentar nada con ella y que me dejaba la puerta abierta a mí. Me sorprendió su franqueza y agradecí su sinceridad. No paso de ahí.
El domingo 30 de octubre ocurrió algo que me marcó. Alrededor de las 7:30 vi en Facebook algo. Marlen y Marin tenían una relación. ¿Así o más fatal? El coraje fue inmediato, fugaz. Maldije todo lo que pude, patee, golpee y jure que mataría a ese cabrón, por traidor.
Cínicamente, me habló y me preguntó que como me sentía, le conteste con ira. Le dije que se fuera a la mierda, y todavía tuvo el descaro de ponerse a pedirme cosas, se las negué y le dije que se largara, que iba a pagar las consecuencias.
El 31 de octubre, lunes por desgracia, cuando iba a la escuela me fui pensando y me calmé, reconstruí mis fuerzas y dije que eso no iba a destruirme y que no valdría la pena. No me veía bien.
Para colmo llegue a mi salón y los vi juntos, me seguí y no los saludé, me hablaron y fui de mala gana. Total, tenía que hacerles caso, eran mi equipo de trabajo en casi todas las materias. Me dijeron no se que cosa, a la cual no preste atención,les dije que si y me fui.
Tuvimos hora libre, normalmente en ellas me quedaba con Marlen, esta vez no. Simplemente le dije "Me voy" y me fui, donde encontré a los zopilotes quienes me ofrecieron apoyo moral, si se le puede llamar así. Jugué fútbol americano con ellos y regresamos al salón.
Seguí tal cual y los dos, Marlen y Marín me interceptaron. Me pidieron disculpas y me dijeron que eso era una broma, no les contesté. Me enoje aun más.
Mas tarde, tuve que hablar con Marlen por cosas de la escuela, lo hice ya sin coraje. Al otro idiota no le hacía caso.
En la tarde, Marlen me pidió unas disculpas mas sinceras que esta vez acepte de buena fe. Se arrepentía por haberme lastimado y por la tontería que había hecho. Le dije que quería que fuéramos buenos amigos, como siempre, ella aceptó con gusto. Y todo terminó bien.
A Marín Lo perdoné no por gusto, sino porque necesitaba aliados y que ya no fueran zopilotes.
Unos días mas tarde me enteré de que Marlen tenía novio "de verdad". No me enojé, me alegré por ella. Y hasta la fecha sigue con el y yo pienso que es un buen sujeto, no es un idiota como Qello Son.
Y así fue como concluyó lo siguiente: En efecto Marlen es mi alma gemela, pero, para mi el concepto de alma gemela no es el convencional. Para mi, el alma gemela, es aquella persona que se parece mucho a ti, con la que compartes muchos momentos y te la pasas bien. Puede terminar en amor o sólo en amistad.
En mi caso, Marlen es mi amiga, una gran amiga. No negaré sus cualidades que me hicieron temporalmente enamorarme de ella, pero eso ya es pasado. Yo la quiero mucho, aun más por lo que ocurriría después.
Escasos fueron los días. En aquellos días de la última semana de Octubre, Isabel y yo hablamos, yo estaba derruido y ella me dijo que encontraría a alguien más, que sonriera.
No pude entender, hasta hace unos días que sus palabras, como profecía certera, se volverían en un huracán . ¿Como iba a imaginarlo?
¿A que me refiero con huracán? Ya se los diré el siguiente capítulo, mejor dicho los siguientes. Porque a esta historia, aun le falta mucho.
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