¿Viva México?
No quiero que viva el México corrupto y agazapado.
No quiero que viva el México dónde el que triunfa es el que estafa a más personas.
No quiero que viva el México dónde se discrimina a quien es diferente y se le excluye.
No quiero que viva el México donde cada persona sea capaz de corromper sus ideales y valores por un pedazo de pan. No quiero que viva el México con desigualdad en cada sitio.
No quiero que viva el México dónde los servidores públicos sirven sus propios intereses y los de las personas adineradas e ignoran las necesidades del país.
No quiero que viva el México donde los más tienen que cumplir la ley de los menos.
No quiero que viva el México mafioso, que desangra a sus propios hermanos para revolcarse en dinero.
No quiero que viva el México que se vende a los países extranjeros.
No quiero que viva el México de tendencia ideológica mediocre y conformista.
No quiero que viva el México en el que la constitución sólo es un cuento de niños.
No quiero que viva el México dónde la educación queda siempre en segundo plano y es controlada por fuerzas que hacen todo, menos por mejorarla.
¡Que Viva México!
Pero el México con sus bellas costumbres y tradiciones, el México trabajador, el México que muestra con orgullo que ningún país iguala su diversidad cultural y natural. El México en el que todos luchamos para salir adelante, en que las familias se unen por el bien común.
Permítanme soñar, que México se levantará como un pueblo unido, que luche por su bienestar y no por intereses egoístas. Que la esperanza dejará de serlo y se volverá en una dulce realidad.
Que México lucirá como un país luchador en todos los sentidos, no como un país agachado ante aquellos que se hacen llamar los dueños del mundo.
Un pueblo orgulloso, culto y consciente de su lugar, de su pasado y de su futuro.
Un país gobermado por sus ciudadanos, no por los que falsamente dicen representarlos.
Un país dónde la justicia sea efectiva y la ley igual para todos.
Un país dónde las diferencias sociales sean mínimas y las tragedias cotidianas sean un mal recuerdo del pasado. Un país donde impere la razón y no el miedo.
Un país donde no exista la discriminación y gobierne la igualdad de oportunidades, un país que sea modelo para unir a Latinoamérica.
Una educación que sobresalga como las mejores del mundo, que prepare a los mejores ciudadanos y una economía en crecimiento, una economía para el país no para unos cuantos.
Un país dónde se tenga el criterio suficiente para no caer ante todo lo que diga la televisión.
Un país sin titiriteros gobernando los hilos del pueblo y aniquilando sueños y derechos.
Que me llamen soñador, que me llamen utópico, pero el ser humano sin soñar, jamás hubiese logrado algo.
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